Ojos que esconden el alma detras de cortinas obscuras...
vidrios molidos envueltos en papel de seda color sangre,
arden en flamas brillantes que enceguecen el habla...
muerte, destrucción... detrás de cortinas opacas que subyacen
petrificadas
bajo instrumentos monstruosos y denigrantes...
espejos, que relucen cubiertos de polvo... vacíos y delirantes...
bóvedas oscuras, olor a encierro continuo,
cae la mugre como goterones sobre una alfombra de demonios
miles de pies adormecen el ocaso de las sonrisas fingidas en papel carton reciclable
se comentan bendiciones
se lamentan maldiciones
se esconden las manos detras de la espalda en señal de rechazo unánime
viento y lluvia
caen como aguacero limpiando el barro de los techos dormidos
nadie hable
nadie siquiera piense
nadie necesita luz para ver las imperfecciones
en la obscuridad subyace la perfección de lo no visto
quietud...
pinceles que dibujan rombos siniestros que devoran el reloj maldito que se mueve
ululante
como viento de junio, chirriando al vacio repleto de intensidades
inconsistencia
pululan las máquinas deseantes
cuidado!
se ha dormido mi miedo...
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