
Las nubes confluyen en una orgía decadente
la lluvia las moja impúdicamente haciéndolas gemir de placer
pero no hablan, ni siquiera susurran
insolentes, sólo muestran sus vientres desnudos y sus pubis relucientes
mofándose del mundo, que se asusta y esconde.
El más feliz, el sol
el amante prescrito
saborea indecente su lengua de fuego...
Estos días grises y soleados, tibios y fríos
¡me enferman!
Necesito un "conmel"
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