El camino zigzageaba silencioso.. sólo el ruido del motor lo rompía, pero con tanta monotonía, con ese rum rum somnoliento y metálico que, al cabo de un rato, no se sentía... miraba por la ventana absorta... silenciosa... las nubes se amontonaban en el horizonte y el viento golpeaba los vidrios sordamente, en un segundo pensé que nada podría ser más perfecto en el mundo, miré a mi lado y estaba durmiendo...
y dentro de esa perfección que me absorvía, también me quedé dormida...
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