Y de pronto cayeron unas monedas en su raído sombrero. Miró para sonreír, y dar las gracias, mas no pudo... su ojos se hundieron en un abismo como hacían 15 años atrás. La mujer no lo reconoció, detrás de la mugre y el polvo... ella rebosaba vida... Cuando se alejaron los pasos, tomó las monedas y las apretó junto a su pecho.
Lo encontraron en la mañana, sin vida y con las monedas entre sus dedos...
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