Hoy vi a la Olga. Ibamos de camino al trabajo y mi colectivo pasa por fuera de su casa... Rodeada entre perros obesos iba caminando despreocupada y sonriente. Si tú no sabes quién es pasa por una persona más que humilde. Ella estudió lo mismo que mi esposo. Es doctora en literatura pero de la Chile. Y es extraña. Le pregunté a mi esposo que si la Olga había sacado el título y me contestó: Tsss si es doctora... ¿DOCTORA? en qué? De literatura, de la Chile - dijo, con cierta envidia. y agregó: - Lo único que no aprendió en estos años es a bañarse-. Bah, le dije - Déjala... quizás sea un tanto excéntrica.. El me miró y me dijo - Excéntrica es una palabra muy linda, sólo es cochina. Mmmm cosa de ella, quizás entre los perros es feliz y se siente más segura y protegida. Como humanos solemos ser poco fieles y para nada sinceros. Si a ella no le gusta bañarse, cuestión de ella. Es distinta no más. Hay otros con grandes títulos y puestos que no se hacen aseo dental y es harto desagradable también- le dije con pica.

El me sonrió. Habíamos salido enojados de la casa.. Yo soy el desorden con patas. Le carga como dejo la ropa tirada en el piso, y mis papeles sobre la mesa cuando cambio de cartera. Cosas de mujeres dice. Salí disparada de la casa hoy y él detrás partió, hasta que me alcanzó y me agarró de un brazo. -Carito - me dijo - no corras acuérdate del bebé-. Yo me enojé, últimamente todo lo asocia con el Benja.

Mmm de nuevo. Me sonrió en el colectivo, y me susurró - No discutamos por la Olga y si es cochina o no ¡que nos importa! Total cosa de ella ¿cierto? Además, tengo frío pásame tu mano que está calientita...

Yo le sonreí... - estamos avanzando - me dije.