lunes, enero 02, 2006

Miraba por la ventana mientras las bengalas iluminaban el cielo de mi nueva casa...
copiosas lágrimas caían por mi cara, mojando mi abultada panzita, nada vuelve a ser lo que fue, y aunque esas bengalas son las mismas que iluminaban mis antiguos años nuevos junto a quienes ya no me acompañan, esa alegría que producían en mi, ahora se transmuta en tristeza y añoranza...
el que tenga a su madre al lado, abrácela y dígale que la quiere...
yo no la tengo hace 3 años.. en febrero se cumplirán los tres años sin ella
y envidio secretamente a quién la tiene y no la cuida...
no tengo abuelos, mi padre lejos aunque siempre hablamos y nos amamos, ya tiene una nueva familia y no me acompaña en estas fiestas... con uno solo de mis hermanos nos vemos seguido y nos apoyamos en lo que podemos...
estaba sola... miraba por la ventana de mi nueva casa donde se aprecia a lo lejos, el mar... y aún rodeada de gente, extrañé quizás, como nunca antes, las sonrisas, los lagrimeos, los abrazos de quienes me acompañaron por 25 años y ya no están conmigo... tengo una nueva familia que me cuida y me sonríe cuando digo alguna de mis frecuentes ocurrencias y las bengalas siguen del mismo color que antaño... pero yo no soy la misma que fui y nunca volveré a serlo... no tengo miedo del mañana, no pienso lo que haré, a veces suelo retomar el pasado para valorar lo que tengo en este momento... él parece que lo entiende y esa noche en que tanto extrañaba sentir el olor del mar, los monos quemados en los cerros y a aquellos que sólo me acompañan en sus pensamientos, me abrazó por detrás, buscandome entre quiénes ese día se dejaron caer en nuestro nidito, y me dijo que me amaba, yo sólo lo abracé dejándome llevar y olvidando todo, todo, aunque fuese por un sólo segundo...

dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.


Horacio, Odas, I, 11, 7-8



( Mientras hablamos, huye el envidioso tiempo. Aprovecha el día, y no confíes lo más mínimo en el mañana)

No hay comentarios.: